Yo estudié música pero soy la antimúsica.
Siempre termino escuchando a los mismos 10 o 15 artistas. Al final, en la música busco estabilidad, no caos.
Pero no me vendí ni me cagué; en el fondo, siempre fui así.
Repito melodías.
Silbo como un desquiciado.
Silbo muchísimo, o sea, escupo.
Silbar es una catarsis sublimada.
La música es un arroró. No me molesta que se repita una y otra y otra vez.
Así soy.
Me hago el capo pero al final siempre quedo en la misma.